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BOHEMIOS

ADAN BUENOSAYRES

ADAN BUENOSAYRES

VILLACRESPENSE, PORTEÑO Y UNIVERSAL

 

Se trata de una de las obras cumbres de la literatura argentina, publicada en 1948 por Leopoldo Marechal (11/06/1900- 26/06/1970). Como el Ulises de Joyce,  la novela transcurre en un día que va “desde su despertar metafísico en el número 303 de la calle Monte Egmont (Hoy Tres Arroyos) , hasta la medianoche del siguiente día, en que ángeles y demonios pelearon por su alma en Villa Crespo, frente a la iglesia de San Bernardo, ante la figura inmóvil del Cristo de la Mano Rota" y, con mucho de autobiográfico describe el periplo del protagonista por el Buenos Aires  arrabalero de la época,  acompañado por personajes reconocible de la bohemia porteña y del grupo Martín Fierro de los años 20, como Jorge Luis Borges (Pereda), Jacobo Fijman (Tesler, el filósofo villacrespense) Xul Solar (Shultze) y Raúl Scalabrini Ortiz (Bernini). Terminarán como en la  Divina Comedia descendiendo a los infierno en el último de los siete libros que integran la obra: “Viaje a la Oscura Ciudad de Cacodelphia”. Debido un estilo excelso y poético y de una prosa cuidada y preciosista Adan Buenosyares que sorprendió en su momento, “por sus procedimientos narrativos y de lenguaje que hoy son común en la novela latinoamericana” como bien  señala Pedro Orgambide

1 comentario

Megafón -

Amigazo Milton:
Gracias por el erudito y emotivo recuerdo del “poeta proscripto”. Marechal no abandonó nunca en su literatura única la mitología villacrespense, con sus ilustres visitantes y habitantes, inigualabes y tal vez por eso con poca prensa como Xul Solar o Jacobo Fijman. Su última novela, “Megafón o la guerra”, publicada luego de su muerte, tiene como épico y simbólico protagonista al “muchacho de mi barrio, Villa Crespo, ..que dirigía los matches de box del club del barrrio con un gran, enorme megafón….”. Autodidacta forjado en la Biblioteca Popular Alberdi y combativo, este “Oscuro” personaje libra numerosas batallas terrestres contra los causantes de nuestros males, pero se encamina a la muerte por una mujer, su batalla celeste, en un burdel. Preso y descuartizado, sus restos son dispersos en distintos lugares de la ciudad. Metáfora que se asienta en una autóctona y repetida forma de castigo a los espíritus insurgentes. Pero no todo está perdido, al final de la novela se revela que un organismo iniciático oculto en Villa Crespo tendría algo así como terminar la misión emancipadora inconclusa…..

Tantas veces me mataron, tantas resucitaré….
Abrazos
Megafón